18 de abril de 2017

Picos de cigüeña

Estuvo aspirando y tocando un pomo de geranios rosa de "pico de cigüeña", del búcaro que siempre se renovaba en el viejo mostrador.
                                                                                                Nuestro padre san Daniel
                                                                                                Gabriel Miró


Abundan por el campo los geranios silvestres, igual que lo hacen sus "primos" en los patios y balcones. Y pese a su abundancia me resisto a hincarles el diente, y es que me lio un poco entre unos y otros. El género es amplio, tanto que el botánico francés  Charles Louis L'Héritier de Brutelle lo dividió en tres nombrándolos por el parecido de los frutos con los picos de las zancudas como Pelargonium (del griego pelargos, cigüeña), geranium (de geranion, grulla) y erodium (de erodios, garza)


Curiosamente son las plantas del género erodium, como el Erodium malacoides que vemos hoy, las que reciben el nombre popular de picos de cigüeña y no los del pelargonium en el que se encuentran los geranios ornamentales. Reciben muchos más nombres, todos ellos en relación al fruto tan característico: agujas, agujas de pastor, alfileres, alfilerillos....


Las semillas de las plantas han de viajar, expandiéndose e instalándose lejos de la planta madre para no competir con ella. La manera más simple de viajar es dejarse llevar por el aire, pero las hay más complejas y peculiares como la utilizada por los erodium. El fruto se enrosca como si fuera un taladro o un sacacorchos. Al humedecerse se desenrosca, enroscándose nuevamente a medida que se seca generando de este modo un movimiento circular que lo hace desplazarse. Por este movimiento es por lo que también se les llama  relojes o relojitos.


Si se encuentra un hueco en el suelo este movimiento lo que hará es que la semilla resulte enterrada, como si se sembrase a si misma. En este vídeo se puede ver bastante bien


Que yo sepa no tiene ninguna utilidad


4 de abril de 2017

Limodorum abortivum

¿Le molestaría alcanzarme esa orquídea que está allí, entre las colas del caballo? Hay muchas orquídeas en el páramo aunque, por supuesto, llega usted en una mala estación  para disfrutar de él en todo su esplendor
                                                                                      El sabueso de los Baskerville
                                                                                      Arthur Conan Doyle


Vuelve a aparecer una orquídea por estas páginas, en este caso una limodorum  supongo que abortibum. Existe otra variedad en España, la trabutianum pero mucho más escasa. Como vemos por la flor está emparentada con las cephalanteras, pero tiene algunas peculiaridades.


La primera es que se trata de la única orquídea sospechosa de ser parásita, ya que se han encontrado ejemplares con raíces unidas a las de otras plantas como jaras o encinas. Lo que si se puede asegurar es que es saprofita, viviendo sobre material en descomposición asociandose a hongos para lograr su sustento, y que carece de clorofila. Sus hojas son muy pequeñas, apenas unas escamas (de ahí lo de abortibum)


Al igual que sucede con otras orquídeas la polinización la realizan himenópteros, pero, y aquí viene otra peculiaridad, en el caso de limodorum abortibum el grado de  autopolinización parece ser muy elevado. Se han llevado a cabo experimentos en los cuales se mantenían ejemplares metidos en bolsas para evitar ser polinizados por insectos. Pues bien, se llegaron a alcanzar porcentajes de fecundación de hasta el 60%


Por lo que he podido leer el encontrarme con esta orquídea lleva aparejado un "factor suerte" mayor que el de otras plantas pues pueden pasar años sin que su parte aérea sea visible, aunque no he logrado enterarme a que obedece esta circunstancia.


Casi olvido decir que se conoce como orquídea violeta. Y está claro por qué.